Trastorno de pánico y agorafobia
Programas de tratamiento específico de INTECO
¿Qué es el Trastorno de pánico?
Es un tipo de trastorno de ansiedad que se caracteriza por la aparición recurrente e inesperada de ataques de pánico, que son episodios de miedo intenso acompañados de síntomas físicos y cognitivos severos.
Las crisis de pánico suelen alcanzar su pico en cuestión de minutos y se manifiestan con síntomas como palpitaciones, sudoración, temblores, sensaciones de falta de aire, opresión en el pecho y miedo a perder el control o a morir.
Las personas que padecen este trastorno a menudo viven con un miedo constante a experimentar futuros ataques de pánico, lo que puede afectar significativamente su calidad de vida y su capacidad para realizar actividades cotidianas.
¿Cuáles son los síntomas del ataque de pánico?
En el trastorno de pánico se presentan ataques de pánico inesperados y recurrentes seguidos de preocupación persistente acerca de tener más ataques de pánico. Las crisis pueden desencadenarse luego de un estímulo, relacionarse con algunas situaciones especiales y conocidas o experimentarse sin motivo aparente. También aparecen cambios significativos en el comportamiento relacionados con los ataques, como la evitación de situaciones que podrían desencadenar un ataque.
Los síntomas de un ataque de pánico pueden incluir:
Las crisis de pánico pueden estar presentes en otros trastornos
Si bien los ataques de pánico son una de las características del Trastorno de pánico, pueden presentarse también como síntoma de otros problemas de salud mental
¿Qué es la agorafobia?
Es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por el miedo a estar en situaciones donde escapar podría ser difícil o donde no se podría obtener ayuda en caso de tener un ataque de pánico.
El miedo suele llevar a la evitación de situaciones como estar fuera de casa solo, estar en multitudes, hacer fila, o utilizar transporte público. Las personas con agorafobia pueden quedar atrapadas en sus hogares, incapaces de salir debido al temor intenso y abrumador.
La agorafobia puede desarrollarse como una complicación del trastorno de pánico, aunque también puede ocurrir de forma independiente.
¿Cuáles son los síntomas de la agorafobia?
La agorafobia se caracteriza por la presencia situaciones que provocan miedo o ansiedad, las cualess son activamente evitadas o soportadas con un temor intenso. Las personas con agorafobia pueden experimentar síntomas similares a los de las crisis de pánico cuando se enfrentan a estas situaciones, como palpitaciones, sudoración, temblores, y mareos.
Las situaciones pueden ser algunas de las siguientes:
En INTECO ofrecemos tratamiento para el Trastorno de ansiedad social (TAS)
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Importancia del Trastorno de pánico y de la agorafobia
En Argentina, el 2-3% de la población ha experimentado un trastorno de pánico en algún momento de su vida. La agorafobia afecta aproximadamente al 1.5% de los argentinos, con una prevalencia mayor en mujeres que en hombres, con una proporción de 2:1.
¿Cómo es el tratamiento del Trastorno de pánico y de la agorafobia?
En INTECO abordamos el tratamiento del Trastorno de pánico con un enfoque multidimensional que integra diferentes intervenciones adaptadas a las necesidades individuales del paciente
Terapia cognitivo-conductual (TCC)
La TCC es el tratamiento psicológico más investigado y eficaz para el trastorno de pánico y la agorafobia. Este enfoque terapéutico se basa en la premisa de que los pensamientos, emociones y comportamientos están interconectados, y que cambiar los patrones de pensamiento disfuncionales puede alterar las emociones y comportamientos problemáticos.
Pssicoeducación
Proporcionar al paciente información sobre el trastorno de pánico y la agorafobia, explicando cómo los síntomas y ataques de pánico se desencadenan y mantienen.
Ejemplo: Un terapeuta podría explicar cómo la hiperventilación durante un ataque de pánico puede provocar mareos y sensaciones de falta de aire, lo que a su vez aumenta el miedo y perpetúa el ciclo del pánico.
Reestructuración cognitiva
Consiste en identificar y desafiar pensamientos distorsionados y catastróficos que contribuyen a la ansiedad y los ataques de pánico.
Ejemplo: Un paciente puede tener el pensamiento automático “Voy a morir si tengo un ataque de pánico”. El terapeuta trabajará con el paciente para cuestionar esta creencia y reemplazarla por pensamientos más realistas, como “He tenido ataques de pánico antes y siempre he sobrevivido”.
Exposición interoceptiva
Exponer al paciente de manera controlada y gradual a sensaciones físicas que temen, como el aumento del ritmo cardíaco o la hiperventilación, para reducir el miedo a estas sensaciones.
Ejemplo: El terapeuta puede pedir al paciente que corra en el lugar o respire rápidamente para inducir una sensación de mareo, enseñándole a manejar su ansiedad mientras experimenta estos síntomas.
Exposición gradual
Exponer al paciente de manera gradual y controlada a situaciones que teme y evita, ayudándole a enfrentar y superar su ansiedad.
Ejemplo: Un paciente con agorafobia que teme ir al supermercado puede comenzar visitando el estacionamiento del supermercado, luego entrando por unos minutos, y gradualmente aumentando el tiempo y las áreas exploradas.
Entrenamiento en relajación y técnicas de mindfulness
Aplicar técnicas de relajación, como la respiración profunda y la relajación muscular progresiva, así como prácticas de mindfulness para reducir la ansiedad general.
Ejemplo: Un paciente puede aprender a practicar la respiración diafragmática, inhalando profundamente por la nariz, manteniendo el aire unos segundos y exhalando lentamente por la boca.
Terapia de exposición sistemática
Se centra en enfrentar gradualmente las situaciones temidas para reducir la ansiedad y la evitación agorafóbica. Este proceso se puede llevar a cabo en varios formatos:
Exposición en vivo
Consiste en enfrentarse directamente a las situaciones temidas en la vida real.
Ejemplo: Un paciente con agorafobia podría empezar por salir a la calle acompañado, luego solo, y eventualmente usar el transporte público.
Exposición imaginaria
Utiliza la visualización de situaciones temidas cuando la exposición en vivo no es posible o resulta demasiado aterradora inicialmente.
Ejemplo: Un paciente que teme volar puede comenzar imaginando detalladamente el proceso de ir al aeropuerto, embarcar y el vuelo en sí.
Exposición interoceptiva
Enfocada en enfrentar las sensaciones físicas temidas asociadas con los ataques de pánico.
Ejemplo: Inducir síntomas físicos como hiperventilación para que el paciente aprenda a tolerar y manejar la ansiedad provocada por estas sensaciones.
Tratamientos médicos
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (ISRSN) son comúnmente prescritos para tratar el trastorno de pánico y la agorafobia por su gran evidencia científica.
Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS)
Como sertralina, fluoxetinay paroxetina. Estos medicamentos aumentan los niveles de serotonina en el cerebro, lo que puede mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad.
Inhibidores de la Recaptación de Serotonina y Noradrenalina (IRSN)
Como venlafaxina y duloxetina. Estos medicamentos aumentan tanto la serotonina como la noradrenalina, lo que puede ser particularmente útil para aquellos que no responden bien a los ISRS.
Benzodiacepinas
Las benzodiazepinas son ansiolíticos que proporcionan alivio rápido de la ansiedad intensa. Sin embargo, debido a su potencial de dependencia y abuso, se utilizan principalmente para el manejo a corto plazo o en situaciones agudas.
Herramientas alternativas y complementarias
Existen varias herramientas complementarias que pueden ser beneficiosas para algunas personas con trastorno de pánico y agorafobia.
Terapia cognitiva basada en mindfulness (MBCT)
La MBCT combina principios de la TCC con prácticas de mindfulness para ayudar a los pacientes a desarrollar una mayor conciencia de sus pensamientos y emociones sin reaccionar automáticamente a ellos.
Los pacientes aprenden a observar sus pensamientos de ansiedad sin identificarse con ellos o intentar suprimirlos.
Ejemplo: Un paciente puede practicar el escaneo corporal, observando cada parte del cuerpo y cualquier tensión presente, y luego dirigir su atención a la respiración, permitiendo que los pensamientos vayan y vengan sin juzgarlos.
Mindfulness y meditación
La práctica regular de mindfulness y meditación puede ayudar a reducir la ansiedad general y mejorar la capacidad del individuo para manejar el estrés.
Las técnicas de mindfulness enseñan a los individuos a mantenerse enfocados en el momento presente y a aceptar sus pensamientos y emociones sin juzgarlos.
Ejemplo: una persona puede practicar la respiración consciente, centrándose en el ritmo de su respiración y observando los pensamientos de ansiedad sin reaccionar a ellos.
Ejercicio físico
El ejercicio regular se ha demostrado eficaz en la reducción de la ansiedad y los síntomas de pánico. El ejercicio aeróbico, en particular, puede ayudar a liberar endorfinas y mejorar el estado de ánimo.
Los pacientes son animados a participar en actividades físicas que disfruten, como caminar, correr, nadar o practicar yoga.
Ejemplo: Un paciente puede comenzar con caminatas diarias de 30 minutos y gradualmente aumentar la intensidad y la duración de su actividad física.